Tres niños observadores de pájaros descubren un tucán todo negro de la cabeza a los pies, y le acompañan en su aventura de encontrar sus propios colores. A través de las páginas ellos observan de cerca y sin perturbar a todos los pájaros, sus comportamientos y su entorno, respetando su espacio natural, el hogar donde habitan.

“Y así fue como los tucanes pico iris empezaron una nueva vida en el árbol más hueco y ruidoso del Bosque Eterno de los Niños, que se ha convertido en un refugio de aves inimaginables”.

El Bosque Eterno de los Niños (BEN) es la reserva privada más grande de Costa Rica, comprada y protegida gracias a los esfuerzos de recaudación de fondos de niños alrededor del mundo. La chispa inicial fue la campaña de un pequeño grupo de estudiantes suecos a finales de los 80’s. Esta iniciativa inspiró rápidamente a otras escuelas, individuos, y organizaciones en otros 44 países.
Con el apoyo de World Vision Por los niños, Costa Rica

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